Confucius said:
By three methods we may learn wisdom: first, by reflection which is noblest; second, by imitation, which is the easiest; and third, by experience, which is the bitterest.
Confucio dijo
Por tres métodos, aprendemos la sabiduría: primero, por reflección, lo cual es el más noble; segundo por imitación, lo cual es el más fácil; y el tercero, por experiencia, lo cual es el más amargo.
Through another one of my good twists of fate, there was a misunderstanding at school today about myself and another teacher attending. We were going to attend an inter-school a basketball tournament together, but the message didn't get to me in time (we still use word of mouth here) and so I didn't go. This coiincided with an invitation from some neighbours to journey with them up the mountain to gather mellocos (something like a tiny spud, but with a slightly tangy flavour). Eduardo, the coordinator of my trip said that this was an offer I shouldn't miss as their finca was in a really beautiful location touching the cloud forest.
Having kindly received permission from the school principal, we headed off: A group of eight family and neighbours with their children on foot and on horseback up the mountain. We faced something like a 2 and a half to 3 hour uphill trek, a spectacular and breathtaking journey, partly because of the inclination and partly because of the scenery. Our destination was a highland slope at the base of the cloudforest where the family have their own cattle and land where the morocho grow. The path leading upward is a small dirt track, which had turned muddy from the morning's rain. But it lead through the dense and vibrant foliage, largely made up of bamboo until we reached the open plains at the top.
Once there, we set up camp, which meant making a fire and organising food and supplies, and then got down to work. First we had to identify where the melloco was planted (and of course, I had to identify what melloco was), because it grows of its own free will amongst other plants, like grasses, beans and peas. This wasn't really back-breaking work like gathering potatoes, because we could sit on the slopes as we picked. As we did, one of the women got the big pot boiling and started to cook some of our prized vegetable with rice and slices of freshly cut beef from a young bullock that the family slaughtered. All this was followed by pancakes with guayaba jam, a real delicacy! After food, there was relaxed but consistent work, all done against a backdrop of enormous natural beauty, friendly conversation and total and utter silence (except for the noise of some wild turkey and toucans chattering in the background). Once the melloco was collected, we moved on to oka, another type of root vegetable which is boiled and pulped with cane sugar to make a thick paste or jam, something I haven't seen or tried before but I'm looking forward to the results if the mother in my Ecuadorian family shows me how to make it.
The families I've come to know are all from agricultural backgrounds and similiar to the communities I know in Ireland, the people are genuinely friendly, warm and sensible. They are especially curious to know about farming methods, what grows in our countries and what doesn't, what's the climate like, if the food is free from sprays, do we use horses to work and all other practicalities associated with their job and daily life. It's hard for them to believe that almost every farmer has a tractor or a truck of some kind. My family have the one and only tractor in the whole community and it doesn't even always serve a purpose because of the way everything has to be planted on such an inclined slope.
But what the people in the Sierra do demonstrate is a huge generosity to share their experiences and their land with anyone who comes to visit and expresses a genuine interest. After a long day's work, we made a rapid descent, trying to beat the night, something we did rather unsuccesfully, as the great light-switch went off in the sky as it does here every night between 6.30 and 7. The mules faithfully carried the sackloads of melloco and oka down the mountain and I delivered my contribution to my family for the following day's dinner and dessert and collapsed into bed with just enough time to make note of my impressions as I'm doing right here and now. Then it's lights out, sleep and the beginning of a new adventure.
Recogiendo Mellocos:
A través de otra de mis giras de la buena fortuna, había un malentedido hoy en el colegio sobre la asistencia de otra profesora y yo. Ibamos a asistir a un partido baloncesto intercolgial, pero no recebí el mensaje a tiempo (todavía usamos noticias boca a boca aquí) así que no fuir. Coiincidió con una invitación de algunos vecinos para viajar con ellos por la montaña para recoger morochos (algo parecido a una patata pequeñita, pero con un sabor un poco más amargo) Eduardo, el coordinador de mi viaje me dijó que era una oferta que no debería perder, porque su finca estaba en un lugar muy hermoso tocando el bosque nublado.
Después de recibir el permiso simpático del director, nos partimos para el monte: Un grupo de ocho entre familia y vecinos con sus niños de pie y en caballo por la montaña. Tuvimos que enfrentar algo como un paseo de 2 horas y media o 3 horas hacia arriba, un viaje espectacular para quitar el aliento, en parte por la inclinación y en parte por el paisaje. Nuestro destino fué una parte alta del monte justo en la base del bosque nublado donde la familia tienen su propio terreno y ganado dondé crecen los mellocos. El camino hacia arriba es uno pequeño sucio, que ahora está de barro por la lluvia de las mañanas. Pero pasa por un bosque denso y vibrante, en gran parte hecho de bamboo hasta que llegabamos a los planos de arriba,
Una vez allí, establecimos el campo, que consistió en hacer un fuego, organizar la comida y recursos, y después a trabajar. Al principio tuvimos que identificar donde estaban los mellocos (y por supuesto en mi caso, identificar lo que fueron los mellocos), porque crece libremente entre otras plantas, como hierbas, habas y guisantes. No fué un trabajo rompe-espaldas, como podría ser recoger patatas en irlanda, porque podimos sentarnos en la parte inclinada mientras recogimos. Cuando trabajabamos, una de las mujeres sacó una hoya grande y empezó a cocinar algunas de nuestras premiadas verduras con arroz y lonchas frescas de buey que había matado la familia ese día. Todo esto fué seguido por tortitas con mermelada de guayaba, una delicadeza! Después de comer, había más trabajo consistente y relajado, todo hecho en un entorno de mucha belleza natural, conversación amable y silencio entero y completo (a parte de un ruido de pavos salvajes y toucanes charlando en los árboles). Cuando ya estaba recogidos los mellocos, pasabamos a recoger oka, otro tipo de tuberculo que está hervido y machacado con azucar de caña para hacer una pasta o mermelada, algo que no he probado todavía pero tengo ganas de ver los resultados si mi madre ecuatoriana me enseña los resultados.
Las familias que he llegado a conocer son de fondos agricultores y son parecidos a las comunidades en irlanda, la gente es genuinamente amable, calorosa y sensata. Son especialmente curiosas en métodos de agricultura, que crece en nuestros paises, como es el clima, si la comida está libre de címicas, si usamos caballos para trabajar e otras cosas prácticas asociadas con su trabajo y vida normal. Es difícil para ellos creer que casi cada granjero tiene un tractor o furgoneta de algún tipo. Mi familia tiene el único tractor en toda la comunidad y no siempre sirve porque todo está plantado en una inclinación.
Pero lo que la gente en la sierra sí demuestra es una generosidad enorme para compartir sus experiencias y su tierra con cualquier persona que viene a visitarles y expresa un interés auténtico en ellos. Después de un día largo de trabajo, hicimos un descenso rápido intentando ganar a la noche, algo que hicimos sin mucho éxito, como se apagó la luz grande en el cielo como hace todos los días aquí entre las 6.30 y 7. Las mulas llevaron fielmente sacos de mellocos y oka abajo de la montaña y entregué mi contribución a la familia para la cena y postre del día siguiente y colapsé en la cama con el tiempo justo para anotar mis impresiones como lo estoy haciendo aquí y ahora. Después es luces apagadas, dormir y el principio de otra aventura.
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