In the early sixteen hundreds, there were more than five hundred encomiendas, or parcels of land in the Ecuador region, given out to Spanish conquistadores and run byt the labour of about half of the indigenous population, who were more or less serfs on the estates. Another quarter of the indigenous population escaped from the fertile lands under the econmienda system to go to the less prosperous páramo or lowland forest areas. But soon they were rounded up and resettled in purpose built Indian towns. The Spanish used and abused an Inca system called the mitayo system, whereby indigenous people were supposed to be free, work on the land for one year, get paid a salary and then be allowed to move on. Instead, the Spanish assured that the indigenous received a small wage, but at the same time that the debts that they owed the landowners would be even greater, tying them and their children to staying working the lands practically for free for many generations. Thankfully, all of the gold and silver deposits had been long exhausted and the indígenos were not forced to work in the mines, where they lived and died in Peru and Bolivia. Instead they worked in agriculture and textiles and in the seventeenth century hundreds of obrajes or sweatshops opened around the country. At the end of the 1690's a wave of epidemics wiped out half of the native population, droughts destroyed harvests and severe earthquakes shook the region. This caused the demise of the encomiendas which were replaced by large private estates or haciendas, but they brought little relief for the indígenas who were introduced to the new system of huasipungo. In return for their labour on the haciendas, they were entitled to farm tiny plots of land in their spare moments, where they were expected to grow all their own food.
The Huasipungo system was made famous by Jorgé Icaza(1934), one of Ecuador's greatest literary exports in the novel of the same name. It tells the story of a landowner, Alfonso Pereira who decides to exploit wood on the lands of his hacienda, in association with American businessmen. In order to gain access, he has to build a road and expel the indigineous population from their huasipungos, or small plots which are on his land. Despite the resistance of the indígenos, the story meets a tragic end. Here is a short extract where we feel the injustice and daily struggle of the natives.
Andrés cleaned the sweat pouring from his face with the back of his hand. He then gazed at the land around him with the resentment of the defeated. What could save him? The sky above was grey, heavy and indifferent. Below the soil was soggy, planting him further and further into the earth. Around him were the woodchoppers, under strain like beasts. In the distance the damp, deceiving field. And locking it all together, the eye of the master.
Huasipungo
Al principio del siglo dicisiete, había más de 500 encomiendas en la zona de Ecuador, dados a los conquistadores y en funcionamiento por el labor de aproximadamente la mitad de la población indíginea, más o menos esclavos en las encomiendas. Otro cuarto de la población indígena escapó de la tierras fertiles en el sistema de encomiendas a una zona más inhóspita de los páramos, y los bosques bajos. Pero pronto, los recogieron y los sentaron en ciudades indigenos construidos especialmente para mantenerlos juntos. Los españoles usaron y abusaron un sistema inca llamado el sistema mitayo, dondé se supone que los indígenos eran libres, trabajaron en la tierra durante un año con un salario y después tenían permiso de seguir adelante. En cambio, los españoles aseguran que los indígenos recibieron un salario pero que las dudas que tenían con los dueños de las tierras serían aún más grande, atandandlos y sus hijos a la tierra, trabajando practicamente gratis durante generaciones. Por suerte, casi todo el oro y plata ya estaba gastado y los indígenos no tuvieron que trabajar en las minas como en Peru y Bolivia dondé vivían y morían. En vez de esto, trabajaron en agricultura y textíles y en el siglo diciesiete, los obrajes abrieron en todas partes del país. Al fina de los 1690's, una ola de epidemias mató la mitad de la población nativa, la sequía destrozó la mitad de la cosecha y unos terremotos severos tembló la región. Causó la caída de las encomiendas, replazados por unos terrenos grandes llamado haciendas. No aliviaron la vida de los indígenos sin embargo, que ahora tenían el sistema de huasipungo. Ahora podrían tener unos terrenos pequeñísimos propios, que podrían tener en sus escasos momentos de tiempo libre, y donde tenían que crecer toda su comida.
El sistema huasipungo se hizó famoso a través de uno de los escritores más famosos de Ecuador, Jorgé Icaza (1934) en el libro del mismo nombre. Cuenta una historia de explotación y crueldad a que son sometidos los indígenas por el patrón-cura-teniento político. El latifundista Alfonso Periera decide explotar la madera de su hacienda, en asociación conemprearios norteamericanos. Para ello, deberá desalojar a los huasipungeros que ocupan terrenos de la hacienda. A pesar de la resistencia de los indígenas, la historia termina en tragedia y destrucción. Aquí Icaza cuenta la sensación de injusticia e opresión del indio.
Andrés se limpió con la manos el sudor que le empapaba la cara. Luego miró en su torno con recelo de vencido. ¿Qué podía salvarle<' Arriba el cielo pardo, pesado e indiferente. Abajo, el lodo gredoso, sembrándole más y más en la tierra. Agobiados como bestias los leñadores en su torno. Al fondo, el húmedo chaparral traicionero. Y encadenándolo todo el ojo del capataz.
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