Confucius said:Independently Ibarra
The commander of the forces of a large State may be carried off, but the will of even a common man cannot be taken from him.
Pueden llevar el comandante de las fuerzas de un estado grande, pero la voluntad del hombre nunca se le puede quitar.
17th July marks the day that people from the town of Ibarra, the largest town north of Quito, celebrate their independence, when Simón Bolivar triumphed against the Spaniards at the Battle of Ibarra in 1823. The Liberator had been marching south from Venezuela while José de San Martín swept north from Argentina, crushing the Spanish armies as they went. On 24 May 1822 a decisive battle was won on the slopes of the volcano Pichincha. And so, the old Audencia de Quito changed into the Department of the South within the new autonomous state of Gran Colombia, corresponding more or less to the combined territories of Ecuador, Colombia, Panama and Venezuela of today. It was the end of three hundred years of Spanish conquest, which had had a devastating effect on the native population of Ecuador. Through war, forced labour and Old World diseases like smallpox, measles, plague and influenza, the aboriginal population had been cut by 85 percent from 1.5 million people to little over 200,000 by the end of the sixteenth century.
Accidently coiinciding with independence day celebrations, I ended up in the "White City" of Ibarra, as it is known, on Saturday 17th. Firstly, I unknowingly came across the inspection of the troops at 8 am under the eye of the Town Hall clock. The day proceeds pretty much with normality, except for the odd show of "modern" Ecuadorian dance and song in the local bus station. I took time out to take an autoferro, a converted bus on rails, to Primer Paso, a train station no longer in use some 45 km outside of Ibarra. In the past, travellers were allowed to sit on the roof of the train while it passed through some beautiful landscape, waterfall and old tunnels. Nowadays, security forces us to keep our feet on the ground, but it was nevertheless an enjoyable trip. I returned by bus to make independence night, where things took a different turn, as people poured into the streets to listen and gyrate their hips to latino rhythms. It's all organised in the town square and ends rather abruptly after about 12 pm, which is a late night out by local standards. The following Sunday morning is back to business, as people busily sell their wares in the local market. Perhaps more colourful than any festival, this is the central meeting point of mestizos, indígenas and Afro-Ecuadorians from the Chota valley nearby, giving this area a particularly vibrant, relaxed and friendly feel. Here, everything from clothes, food, haircuts, bicycles, soaps and mobile phones are exchanged in open-ended deals. People eat on every street corner and smells of traditional cooking waft throught the air, tempting customers in at one dollar a heaped plate. I could have been tempted to stay, but my last bus home to the village was on schedule and school was calling the following morning.
Ibarra Independentemente hablando
El 17 de julio marca el día que la gente del pueblo de Ibarra, el más grande al norte de Quito, celebra su independencia, cuando Simón Bolivar triunfó contra los españoles en la batalla de Ibarra del 1823. El Liberador estaba en marcha hacía el sur desde Venezuela mientras José de San Martín llegó desde el norte desde Argentina, aplastando a los ejercitos españoles cuando pasaban. El 24 de mayo de 1822, ganaron una batalla decisiva en las laderas del volcán Pichincha. Y entonces, cambiaron la vieja Audencia de Quito y se cambió por el Departamento del Sur, con un estado autónomo nuevo llamado Gran Colombia, correspondiente con más o menos lo que hoy conococemos como los territorios combinados de Ecuador, Colombia, Panama y Venezuela de hoy. Fué el final de tres cientos años de la conquista española, que tuvo un efecto desastroso a la población nativa de ecuador. A través de la guerra, el trabajo forzoso y enfermedades del Viejo Mundo como varicela, la plaga, influenza, la población de los aborigenes se cortó en 85 por cien de 1,5 miliones de personas a poco más de 200,000 al final del siglo diciseis.
Coiincidiendo con las celebraciones de la independencia por equivocación, me encontré en "La Ciudad Blanca", como se conoce, el sábado 17. Al principio, encontré sin darme cuenta la inspección de las tropas a las 8 de la mañana, bajo el ojo del reloj del Ayuntamiento. El día siguió su curso sin demasiado transcendencia, aparte de algunos demonstraciones de la danza y baile "moderno" ecuatoriano en el terminal local de autobuses. Aproveché del tiempo para usar el autoferro, un autobus covertido para correr en la vía del tren, hasta Primer Paso, una parada ya no en uso unos 45km fuera de Ibarra. En el pasado, se permitieron a los viajeros estaban sentarse en el techo del tren mientras dió una vuelta al lado de un paisaje bonito, con cascadas y viejos túneles. Hoy en día, la seguridad requiere que los pies se quedan firmamente en tierra, pero a pesar de todo fué un viaje agradable. Regresé en autobus, llegando a la noche de la independencia, dondé las cosas dieron una vuelta cuando la gente empezó a fluir por la calle para escuchar y girar las caderas a los ritmos latinos. Está todo organizado en la plaza del ayuntamiento y termina de repente a las doce, que es una hora bastante tarde tomando en cuenta los normas regionales. El domingo siguiente todo vuelve a la normalidad, mientras la gente vende sus productos con prisa en el mercado local. Quizás más colorido que cualquier festival, este punto de encuentro de mestizos, indígenas y afro-ecuatorianos de la valle cercana de Chota, da un punto particularment vibrante, relajado y amable. Aquí, se intercambian todo desde la ropa, la comida, los cortes de pelo, bicicletas, jabones y teléfonos móviles en tratos abiertos. La gente come en cada esquina y olores a la cocina tradicional flotan en el aire, tentando a posibles clientes a un plato lleno por un dolar. Me podrían haber tentado a quedar más tiempo, pero el último autobus al pueblo llegó a su tiempo y el cole me estaba llamando desde lejos.
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