View from the San Antonio Finca

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sábado, 17 de julio de 2010

Take another picture with my camera

Today was Michelle, the oldest girl in my family's confirmation. This is an event that involved a five hour trip to a small village called García Moreno, down the pampas and back up in the hills, to something of a more tropical climate where Micelle's grandparents live. She was largely brought up by them and studied catecism there, so it was only natural that she would return for her big day. I was invited partly because of the benevolence of the family and also because I was the only person who had a camera and I offered to act as official photographer for the day. The trip involved leaving at 7.30 in the morning on the milk truck and eventually arriving at 3 in the afternoon, but all with the necessary elements of adventure that made the voyage worthwhile. Michelle's grandparents live on a very traditional, but what some locals would consider, prosperous, farm where they grow their own fruit and vegetables, including bananas, mandarins, guayabas, lemons, chirimoyas, maze, cabbage, onions, carrots, potatoes, yuka and coffee. Not forgetting fresh milk from the cows, eggs, chicken, river trout and fried pork from the chanchos (pigs). Most of which I sampled, and all of which were delicious. The family home was a small dark wooden construction with a traditional open hearth and the usual outdoor sink for washing dishes, etc. The family had just finished a new block two-bedroomed extension where I was located as the prized royal guest for the night, while the rest cramped into the two-bedroom main house. The sense of community in these towns is very strong. After two hours, people were passing me their babies to go for walks, were asking words in English and wanting to know about Spain's celebrations for the World Cup. I could hear people reporting back in church later who I was, where I came from, what I was doing. There were plenty of tall, negroe girls in the church to compete with me, but one thing was certain, I was the blondest!
The confirmation itself was an incredibly colourful event, largely because of the rich mix of races present. People came from all the surrounding towns to receive first communion and confirmation and there was huge commotion in the church and town. The ceremony was supposed to have started at 11:00, so I was amazed that Michelle's mum was casually escorting Michelle to the haridressers at 10.55 and still no dress on, and while the bells rang to enter church, Michelle was still in the middle of having her hair curled. No problems, we arrived to church at 11.20, but the service didn't kick off in true Ecuadorian style until 12. To a great extent, the service was the same as an other, the Bishop was present, all the usual prayers and dedications were said. Perhaps the most interesting part was the offetory procession, when some local negro girls dressed in traditional garb, shimmied up the aisle to some tropical music bringing yukas and tropical fruits and flowers to the bishop. The church had a fluid movement of people taking photos, adjusting dresses and so on, but it ran smoothly enough to allow us to run out the door, get Michelle changed and jump on the last bus back to the main village, Cuellaje, upon which we fell upon El Licenciado, but that, of course, is another story....

Fotógrafa oficial
Hoy fué la confirmación de Michel, la chica más mayor de mi familia aquí. Este evento consistión en un viaje de 5 horas a un pueblo pequeño llamado García Moreno, por abajo en los pampas y arriba otra vez hasta la sierra, a un lugar con un clima más tropical a lo nuestro, donde viven los abuelos de Michel. Sus abuelos prácticamente la criaron allí y estudió catecésis allí, así que fué natural que volvería a hacer su confirmación allí. Fué invitada en parte por la bondad de la familia, y en parte porque era la única persona que tenía una cámera, así que ofreci ser la fotografa oficial para el día. Tuvimos que empezar a las 7.30 de la mañana en el carro del lechero llegando al final a las 3 de la tarde, pero con todos los elementos necesarios de una aventura para que el viaje sea uno merecido. Los abuelos de Michel viven en una granja muy tradiciónal aunque algunos de la zona dirían próspera, donde crecen sus propias verduras y frutas, incluyendo plátanos, guayabas, limones chirimoyas, maíz, col, cebollas, zanahorías, patatas, yuka y cafe. Sin olvidar leche fresca de la vaca, huevos, pollo, trucha del río y chancho frito. Probé de todo y fué delicioso. La casa de la famlia fué una construcción oscura con un fuego tradicional y el lavabo externo típico para lavar los platos, etc. La familia acabó de terminar de construir una parte nueva hecho de bloques, donde yo fué la huesped real para la noche, mientras los demás estaban todos amontonados en la casa antigua. El sentido de comunidad en estos pueblos es muy fuerte. Después de dos horas, la gente mi dieron sus bebes para darlos de paseo, me preguntaron palabras en inglés y quisieron saber sobre las celebraciones del mundial en españa. Más tarde, podía escuchar en la iglesia la gente haciendo un reportaje de mi; quién era, de donde era, que estaba haciendo allí. Había muchas chicas altas negras en la iglesia para competir conmigo, pero una cosa fue cierto, yo era la más rubia de todas!
La confirmación en sí fué un evento increíblemente colorido, en gran parte por la mezcla lujosa de razas presentes. La gente vinieron de todos los alrededores para recibir la primera comunión y confirmación y había una bulla tremenda en la iglesia y pueblo. La ceremonia tendría que haber empezado a las 11:00, entonces me sorprendí bastante que la madre de Michel la llevó con toda la tranquilidad del mundo a la peluquería a las 10.55, todavía sin vestido puesto y mientras tocaron las campanas para entrar en la iglesia, Michel fué media hecha. Sin problemas, porque aunque llegabamos a las 11.20, no empezó la misa hasta las 12, en el estilo típico de Ecuador. En gran parte, la misa fué igual que cualquier otro: estuvó el Monsignor, rezaron como siempre con todas las dedicaciones normales. Quizás la parte más interesante fueron las ofrendas, cuando algunas chicas negras se vistieron tradicionalmente y movieron sus caderas al ritmo de una música tropical y llevando yukas, frutas tropicales y flores al obispo. La iglesia tuvo un movimiento constante de gente sacando fotos, arreglando vestidos etc., pero la ceremonía fué bastante regular para darnos el tiempo justo de ir corriendo por la puerta, cambiar la niña y subir al último bus hasta nuestro pueblo más cercano, Cuellaje. Y allí nos atropelló con El Licenciado para llevarnos a casa, pero eso, como bien dicen, es otra historia...

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